5 de diciembre de 2011

1. Los numeros 1


Empiezo dando las gracias a todas aquellas personas que tengan a bien entrar y leer algunas frases del último hombre furioso


Comenzamos este blog con los números 1 de toda la porquería que debería cambiar, pero, que nunca cambia para desgracia de quien la sufre


Maltrato, abuso etc.: Denunciar ¿De qué sirve hacerlo? ¿Para qué expendan un papel que diga que no puedes acercarte a menos de x metros? ¿Para que acaben matando/maltratando igualmente? Sería mejor la justicia popular y dejarnos aplicar la ley acorde con la gravedad. Si no, que lo sufran en sus carnes los políticos y jueces y que después apliquen el código penal existente


Derechos de los jóvenes: Una vivienda digna, que no puedes permitirte por el trabajo mal pagado y por los años que tardaras en pagar el chamizo que te podrás permitir. Trabajo digno, trabaja más de 8 horas, incumple el nº de horas extra al año, aparca tu vida privada en pos de explotación laboral y veneración de un lanista que dice ser empresario


Crisis: ¿Que crisis? ¿La que fomentaron bancos, agencias de rating y políticos corruptos? ¿La que ha montado el empresario con el "redondeo del euro" ajustando el sueldo hasta el céntimo y poner el precio con los mismos dígitos (véase 50€ 5000 ptas.); o por no dar trabajo a personas de más de 40 años, o recién licenciados, titulados...?


Familia y educación: Cumple con tu destino, estudia, trabaja y ten pareja, luego cásate con ella, compra o alquila un cuchitril y ten hijos, para que trabajen los dos cónyuges y no se puedan ocupar de esa criatura, dejemos que la eduque la tv y la calle y quejémonos de que son irresponsables


Sanidad: Tu tranquilo que la seguridad social te atenderá gratis, esperando más de un mes por ello, pero ojo, un alto cargo que no cotiza, no espera y le atienden de urgencia antes que aquellos que le dan de comer.


Educación: Vete a la enseñanza publica, no a la privada, júntate con un montón de emigrantes que no hablan tu idioma y retrasa tu nivel por la integración. 


Espero que mis palabras levanten ampollas, porque si no lo hacen, tendré de esforzarme más, y hacer que la próxima vez sean escalpelos



















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